Si la primera Revolución Industrial creó el mercado nacional, la Segunda impulsó la creación de un mercado mundial. La Segunda Revolución Industrial posibilitó el crecimiento de algunas empresas que producían a gran escala y con costes más bajos; a causa de esta enorme producción, los mercados nacionales se vieron rápidamente saturados; es decir, como la población no podía comprar todos los artículos que se fabricaban la burguesía industrial se vio obligada a buscar nuevos mercados en otras tierras donde poder colocar los productos sobrantes.
Además, la industria necesitaba nuevas materias primas en abudancia (algodón, lino, aceite, madera, minerales…) y fuentes de energía (carbón y petróleo) y Europa, que no poseía en cantidad estos productos, tuvo que buscarlos en nuevos territorios.
Por último, los capitales necesitaban ser invertidos en otros continentes para la construcción de redes ferroviarias, puertos, compañoas de comercio, plantaciones y empresas, o lo que es lo mismo, para crear una infraestructura en los territorios conquistados que permitiera cubrir más eficazmente las necesidades de la industria europea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario